Después de años de estar mirando hacia el occidente de Cali, de adivinar el orden de los picos, de compararlos todos buscando el más alto, tuve la oportunidad de visitarlos, de darles un saludo y un abrazo a los picos más altos de los Farallones de Cali, el animal dormido que quizás, una mañana cualquiera, despierte como un amigo alguna vez soñó; y a lo mejor tiene razón, sólo desde Balcones Farallones de Cali a 3.500 msnm tenía a plena vista al Pico del Elefante, al Pico del Simio, a Pico de Loro y al Pico del Águila.

Podía ver la cordillera central coronada por el nevado del Huila y el colchón de nubes a mis pies. El ascenso no fue fácil. Bueno, yo tuve la fortuna de pasarla muy bien y me gané la bendición de la montaña para subir hasta Balcones, pero mis compañeros de ecoaventura no lograron el objetivo y sufrieron con el clima.

DÍA 1 y DÍA 2 – RUMBO A BALCONES FARALLONES DE CALI

El ascenso inició a las 9 pm en el río Pato, Pueblo Pance. La noche era fresca y sólo se distinguía el sonido del agua que golpeaba las rocas, subimos bordeando el río y cruzándolo por tres puentes hasta llegar a un portón rojo. Allí se dobló a la izquierda hasta la finca «Paz y Amor» de David, quien hace muchos años vive en las faldas de los Farallones de Cali y nos dio la bienvenida. Justo llegamos y escogimos el punto para acampar cuando nos sacó a correr la lluvia. René y yo con dos personas más encontramos techo en un cambuche de bahareque que construyó David para dar posada a caminantes, el resto del grupo debió armar rápidamente las carpas y dormir afuera.

Al día siguiente, contrario a lo recomendado sobretodo si el ritmo iba a ser lento y se descansaría con mayor frecuencia de la habitual, empezamos a caminar tarde (casi a las 9.00 am) cuando yo esperaba que partiéramos a eso de las 6.00 am. Desde la finca de David hasta Balcones Farallones de Cali hay unas 6 horas de camino más el tiempo de descanso que se requiera. La mayor parte es bosque de niebla, prácticamente virgen, donde se encuentra sólo una recarga de agua cerca de la finca de David y algunos claros donde se aprovecha para descansar y comer algo. Pero el grupo iba a un ritmo bastante lento y la necesidad de descansar de algunos hizo que no rindiera el paso.

Cambuche en la finca de David

Cambuche en la finca de David


Camino en el bosque de niebla

Camino en el bosque de niebla


Orquídea encontrada en el sendero

Orquídea encontrada en el sendero


Las complicaciones empezaron cuando cayó una fuerte lluvia (aunque no diría yo extraordinaria en este lugar) con granizo incluido. Esto afectó muchísimo a quienes no iban preparados para estas condiciones. De hecho una chica sintió muchísimo frío, y miedo y al detenernos esperando que escampara se enfrió y prácticamente se «paletió». La chica se quedó inmóvil sollozando y tuvimos que abrazarla y procurar darle calor de cualquier forma para evitar una hipotermia.

Viendo que la lluvia no cedía, organizamos un grupo de avanzada de 5 personas que instalarían las carpas en el claro de bosque más cercano (unos 25 minutos) para resguardar a la gente. El resto se quedó esperando abajo. La lluvia nos dio una tregua para armar las carpas pero el daño ya estaba hecho y buena parte del equipo de algunos estaba mojado y les dejó la moral baja a la mayoría. Ayudé a subir a la chica animándola en el camino y luego regresé a subir otras maletas. La noche nos alcanzó en el bosque y la programación inicial se alteró.

Atendiendo una hipotermia en los Farallones de Cali

En la noche después de tomar una sopa caliente y de cambiarme la ropa, a otro compañero le iniciaron los síntomas de hipotermia. Primero perdió sensibilidad en pies y manos y sufrió calambres en todo el cuerpo, luego se enfrió su pecho y perdía la conciencia, le costaba hablar y recordar algunas cosas. Empezaba a dormirse y por lo tanto había que hablarle para evitarlo a toda costa.

Me hice a su lado y le ayudaba a calentar las manos y a mover sus articulaciones que estaban completamente rígidas, y le hablaba. En varias ocasiones tuve que darle algunas cachetadas para que no se durmiera. Los pies se le calentaron tras hora y media de ponerlos al calor de estufas, el pecho lo calentamos abrazándolo y con agua caliente en un camel-bag, pero entre charla y charla el chico se angustió y empezó a hiperventilar (inhalar y no exhalar, reteniendo CO2 que es tóxico). Se ahogaba el hombre y hubo que ayudarle alentándolo para que respirara bien. Luego le dieron unos calambres en el lado izquierdo del pecho que me hicieron pensar por un segundo en un infarto, pero no fue así afortunadamente. Poco a poco se estabilizó, recuperó la conciencia y descansó.

DÍA 3 – RESIGNACIÓN Y DE NUEVO RUMBO A BALCONES FARALLONES DE CALI

En la mañana siguiente la pregunta obvia era si querían bajar y abortar el ascenso. Creo que los únicos que queríamos continuar éramos René y yo, los demás no tenían ropa seca y probablemente algún otro sufriría algún ataque de algo, por eso no discutí el hecho que había que bajar y me resigné a ello.

Pero me gané otra oportunidad de subir: mi amiga Maria subía con dos amigos de ella. No dudé en pegármeles, me prestaron una carpita y René me facilitó un Llamax (estufa de gel a base de alcohol) y los plásticos para proteger la carpa. Con eso inicié el domingo el último tramo del ascenso hasta Balcones Farallones de Cali. En hora y media estábamos allá levantando las carpas. Antes debimos cruzar el bosque y subir la «pared» con la ayuda de una soga. Durante el ascenso con Maria, Freddy y Orlando se alcanzaba a ver muy claros los tres picos nevados del volcán del Huila.

Maria trepando

Maria trepando «La Pared» y Fredy arriba


El ecosistema que se encuentra en Balcones es paramillo o páramo (sáquenme de esa duda por favor), las temperaturas están entre los 25°C en el día y los 4°C de noche, aunque pueden bajar más en ocasiones. De hecho el granizo que cayó el sábado, lo encontramos en Balcones Farallones de Cali el domingo, y aunque hubo sol no se derritió cuando bajamos el lunes (tiene que ser frío entonces, cercano a cero) y no hay árboles, apenas unos pastos, algunas piñas con espinas, arbustos y mucho musgo.

Ver nacer un río, tremendo espectáculo

Entre los animales que habitan este ecosistema se encuentran liebres, águilas, oso de anteojos, colibríes, palomas, etc. Pero quizás lo más relevante de estos lugares es que son nacederos de importantes ríos, son reservas de agua invaluables. Nada más en estos picos nacen el Río Pance, el Cali, el Pichindé, el Pato, el río Anchicayá que tiene una central hidroeléctrica, y muchos otros, creo que el río Cajambres también nace en los Farallones de Cali. Logré ver entonces cómo nacen los ríos: el agua de las nubes y neblina se condensa o es atrapada por el musgo y la vegetación y es almacenada en el suelo que permanece húmedo y encharcado, entonces se infiltra y florece en las rocas y en los drenajes naturales del terreno. Es increíble, creo que pocos pueden darse el lujo. Ver nacer un río, tremendo espectáculo.

Después de organizar la carpa en Balcones comí algo y estuve conversando y caminando con un hombre y su hijo (de unos 10 años!) que acampaban en el mismo lugar, fuimos al Pico del Simio (aún no le veo lo simiesco) estará a 3.600 o 3.700 msnm, una subida rápida de sólo 15 minutos me dio otra perspectiva de Balcones Farallones de Cali y del sitio de campamento, es buena idea subir allá la primera vez para ubicarse espacialmente y determinar puntos de referencia y rutas de salida. El día estuvo muy despejado, con sol y nubes bajas (siempre a nuestros pies!).

En la tarde comimos una sopita y algo de pasta con atún y a las 7 pm estaba en mi bolsa de dormir listo para llegar a Pico Pance en la mañana del lunes. A las 2 am comimos otras cositas, el cielo estaba parcialmente despejado y se veían algunas estrellas y Cali pachanguera brillaba abajo, lejos, una vista muy bonita.

DÍA 4 – SALUDO A LOS PICOS DE LOS FARALLONES DE CALI

Lastimosamente los compañeros estaban tan cansados por la caminata y el mal sueño del sábado que no se levantaron si no hasta las 7 am del lunes y no pudimos hacer cima en uno de los picos referente de los Farallones de Cali. Resignado, subí a Pico de Águila para saludar a Pance y mirarlo de frente. Es imponente, es precioso y estaba muy cerca, qué lástima no darle un saludo más cercano, pero bueno, en esto no se pueden forzar las cosas. La próxima vez haré todo lo posible por hacer cima en Pico Pance.

El lunes después de la caminata y un desayuno ligero, descendimos a eso de las 10.20 am. En tres horas y a un ritmo tan acelerado como irresponsable, llegamos donde David, quien nos brindó una taza de agupanela, luego bajamos por el portón rojo y nos bañamos en el río Pato.

Regresamos por la misma carretera hasta Pueblo Pance, en el camino, la alegría era auténtica, el ambiente era muy tranquilo y festivo, estaba una pareja de saltimbanquis practicando malabares con una pelota, unos niños jugaban con una caja y llevaban una comida a su casa, otra familia se bañaba en el río, y nosotros descendíamos del cielo.

La madre que Pico Pance es la escalera al cielo. Si pueden vayan, pero bien preparados, informados del clima y de las condiciones del terreno y si es posible primero prueben Pico de Loro que es una caminata similar pero más corta. Les dejo algunas fotos para que se hagan a una idea de lugar. Ya saben: para ir al cielo no hay que arrepentirse de nada ni confesar pecados, bastan 8 horas de camino hasta la cima de los Farallones de Cali.

Pico del Simio desde Balcones Farallones de Cali

Pico del Simio desde Balcones Farallones de Cali


Pico El Elefante (¿ven el elefante?) desde el campamento

Pico El Elefante (¿ven el elefante?) desde el campamento


Vista de Balcones Farallones de Cali desde El Simio. Atrás, el más alto, es Pico Pance

Vista del campamento desde El Simio. Atrás, el más alto, es Pico Pance


Amanecer desde Balcones Farallones de Cali con Pico Loro y El Simio

Amanecer desde Balcones con Pico Loro y El Simio


Pico Loro desde Balcones

Pico Loro desde Balcones


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por SANTIAGO SANTACRUZ SALAZAR
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