El Gobierno Nacional y el Departamental andan promocionando los Caminos Reales o de piedra de Santander, es así como en municipios como Zapatoca, Barichara y Cabrera se invirtieron más de 3.000 millones de pesos en recuperar su empedrado en los últimos 5 años. Esto ha generado expectativas en los clubes de senderistas y muchos han comenzado a recorrerlos.

Pero hay gestiones que contrastan con lo anterior o pareciera que algunos alcaldes aún no han comprendido el valor y beneficios que tiene para su localidad y comunidad el saber respetar, preservar y mantener su valioso patrimonio histórico

Destrucción Camino Real en Jordán – Sube

Un ejemplo de lo anterior es lo que sucede hoy 19 de Junio de 2018 en el municipio de Jordán – Sube, donde por orden de la administración de dicho municipio se está destruyendo uno de los últimos tramos que aún sobreviven y que perteneció a uno de los caminos más antiguos que existen en Santander y en especial en todo el Cañón del Chicamocha, pues de allí se conectaba por el este hacia Maracaibo y por el sur hacia Bogotá. Dicho tramo se denomina: Jordán-Cementerio-Carretera a Aratoca (1.2 kms).

Destrucción Camino Real de 200 años en Santander


Importancia de estos Caminos

Estas vías ancestrales en piedra, fueron caminos con técnicas constructivas muy avanzadas para la época de su construcción, sus saberes que contienen al evaluarlos lo categorizan como un patrimonio histórico de gran valor, su conservación y mantenimiento es básica para la reconstrucción de la memoria, fueron las autopistas de los Siglos XVIII, XIX y XX, que conectaron a Santander con Venezuela y centro del país, sus dimensiones hacen aún sentir el alto volumen de su tráfico en cuanto a personas, mulas y mercancía que lo utilizaron. Fueron los famosos pasos que tuvo el cañón para superar su Gran Río Chicamocha.

Destrucción Camino Real de 200 años en Santander


Solicitud al gobierno

Solicitamos al Gobierno departamental y nacional impedir dicha destrucción de manera inmediata y ordenar reconstruir dicho empedrado con las especificaciones técnicas tal como se construyó hace 200 años.

Con esta actitud municipal se está violando la Ordenanza de la Asamblea de Santander 021 del 7 de septiembre de 2006, en su artículo 4 dice textualmente:

«A partir de la promulgación de la presente Ordenanza, se prohíbe en el territorio del Departamento la construcción de vías carreteables para automotores o vías férreas, sobre el trazado original de Caminos. Solo en circunstancias de excepción podrán ser construidas en paralelo o cruzando el camino, previos estudios técnicos que demuestren la imposibilidad de construir la vía por otro sitio y respetando las características originales del camino.»

Impacto de un santandereano que conoce su territorio

Reflexión nacida en Jordán-Sube en Junio de 2018, donde acabo de ser testigo de otros 100 metros lineales de empedrado que ya no volverán. Los caminantes, somos como los futbolistas sin estadio.

Con un gran dolor escribo estas letras, son 30 años de estar pregonando por el mundo el patrimonio histórico de mi departamento y en especial sus senderos ancestrales, sus zarandos y puentes medievales, únicos en Colombia y toda América, construidos con unos métodos muy avanzados para la época dada la difícil topografía, fueron genios las personas que hicieron esos trazados.

En el año 1.700 era imposible atravesar el cañón del Chicamocha debido a sus cortes geológicos de 90 grados de sus breñas que hacían imposible hacer banca. Caminos que eran las autopistas de la época, de 4 metros de ancha dada el alto tráfico que fluía; por el cañón y Jordán – Sube pasó mercancía que venia del Socorro a Maracaibo, eran 25 días de viaje a pie o a caballo y viceversa.

Sus dimensiones permitían que recuas de mulas simultáneamente se desplazaran subiendo y bajando sin interrupción. Sus pendientes se basaron en la salud ocupacional de la bestia, que solo permitía pendientes máximos del 18% con 2 cargas para realizar jornadas de 7 leguas o 35 kms por día, por eso en muchos tramos se hicieron bancas falsas soportadas con muros de contención en piedra sin pega, los ángulos de los tramos dibujaban en las plantas de sus diseños bella triangulación de 15 grados que prácticamente parecía una sinfonía de la geometría plasmada sobre el terreno.

El diseño de redes de taludes para mitigar los riesgos de desborde de base de banca, fueron tan perfectos que hoy casi 180 años después siguen intactas, igual el proyecto arbóreo, donde los metros cuadrados de sombra eran casi un 70% del recorrido dada las temperaturas que subían a los 40 grados centígrados.

Recorrer hoy los escasos tramos que por cosas de la suerte y el destino no han desaparecido, es una maravilla y es conocer cómo era la vida en el Santander de hace 200 años, aún hay casonas de arriería con sus grandes pasillos donde se depositaban las cargas mulares.

Por eso da dolor la indiferencia de nuestras autoridades, pareciera que el ser santandereano y saber las raíces de lo grande que fuimos ya desapareció del ADN de las nuevas generaciones que gobiernan.

Fuimos ilusos, pensamos que hacer lobby a políticos y crear ordenanzas, serviría de algo, pero ni a ese marco legal lo acatan, los alcaldes siguen permitiendo su destrucción, porque no saben las raíces de la creación de estos senderos.

Mucha gente extranjera nos llama para recorrerlos, se sorprenden cuando los decimos que ya no vengan, porque ya no están.

Estado Actual

La Gobernación de Santander intervino y obligó a la alcaldesa a recolocar el empedrado, un avance para la conservación del patrimonio.

El 3 de Agosto Gilberto Camargo dará una charla a todos los alcaldes de Santander sobre la conservación de caminos y su marco legal vigente, donde también se hablará sobre la población caminera en Colombia y el impacto socio económico que genera la conservación de caminos.

por GILBERTO CAMARGO AMOROCHO
Arquitecto y Representante Asociación de Caminantes del Gran Santander